La humedad penetra en el papel
y la lluvia moja hasta a los huesos.
Los edificios en pie son sólo presencia
del supremo gobierno armado, frente
a las piedras en el suelo.
La negra prostitución de piernas gordas
se para en las esquinas, retando el olor
a fruta del mercado y las flores intentan
venderse en manos de los niños.
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