martes, 12 de julio de 2011

CÓMO ESTÁS



La penosa búsqueda de la alegría
se hace en silencio:  por escrito.

¡ La soledad arrecia ¡

Las palabras viven sólo al ser
pensadas, en el papel dan tumbos
y se estrellan en  los muros de un
recuerdo que no acierta a saber si
fue feliz.

Quizás ser feliz sea  la amalgama
del sueño, la voluntad, la infancia,
el lugar donde el paisaje y la distancia
se respiran para ensanchar el alma.

¿Tú que dices ?

O  es sólo el pan cuando hace falta,
la cama, el cobertizo, una presencia
reiterada o el éxito rotundo del olvido.


Quizás es un momento apenas, que
se acomoda a los otros, como las cartas
en un mazo, cuando la mano es distinta
pero el juego es el mismo.

¡ Qué cansancio ser hábil ¡

Amar con piedad, con agradecimiento,
creer que algo es de verdad aunque
se de en el tiempo, o ser siempre en
lo nuevo, traduciéndolo todo, sin viento
de retorno hasta quedarse solo.

Tú como estás

  Jorge Fraymann Castro

                                 México, agosto del 2010 
                                   

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jueves, 7 de julio de 2011

Pasaron otras cosas

 


Pasaron muchas cosas. Yo intentaba quedarme, me decía: No seas tonto. Pero la  vida estaba ahí, haciendo señas siempre, aparecía en los lugares, las miradas, las calles.

Me fascinó el misterio que envolvía las historias, el vuelo impredecible de imaginar las cosas  y estar “así de poquito” de entender qué pasaba.

Me dediqué a cavar fosas para algunos afectos y dar agua a los imposibles, por ver si daban fruto, dejaban  algo a cambio, o nada más estaban.

Me perdí muchas veces y regresé otras tantas. Me cansé en muchas formas pero siempre soñaba.

La cínica esperanza renacía a cada paso, como si fuera un cumpleaños o un alimento diario que prometía ser mejor. 

La vida es esforzarse, pero las formas que inventaba de descubrir yo mismo: el impulso, la causa, la verdad, no eran.

Debí haberme quedado escuchando a los otros, encontrar las razones más simples para trepar por ellas, igual que hicieron todos, y no quedarme solo con el mismterio a cuestas. 









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Caracol tan lejos.



¿Qué estás haciendo aquí ?

Qué no habíamos quedado

en no hacer apariciones sin

antes  de ver el fondo, abrazar

la marea, escuchar tu sonido

y  preguntar por mí.









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              El pan de cada noche




En la ciudad que se forma

al fondo de un caracol,

hay un sinfín de calles

donde las prostitutas

son las hijas consentidas

de Dios.


Por eso  la luna  sale

exclusivamente

a repartirles besos 

en la frente, y es  porque

el padre está  contento

de que puedan ganarse

el pan  de cada noche.






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              Palabra sola



               Palabra sola

               sin rescate posible.

              Mujer  que envejece

              en caracol – castillo

              sin que nadi escuche,

              sin saber su sonido.





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miércoles, 6 de julio de 2011

Caracol sin recuerdos



Que bueno caracol

que sabes despedirte.

No hay recuerdo que

pase de tu sinfín al

fondo, ni memoria que

vuelva a repetirse.
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Que bueno que puedes,

sin extrañar a nadie,

recobrar la esencia y

existir en el aire.


Olvidar la marea y ser

otra vez tú, sin esperar,

sin pena.

lunes, 4 de abril de 2011

Caracol Primero


Caracol  Primero


Mi voz,

llave de Sol

caracol terrestre

ave marina

y pez aéreo













Una idea sin regreso


Uno idea sin regreso es como un globo de gas
que se escapó, de rojo, y mira la ciudad;

una ilusión  que cambió el rostro, empujada por
el viento y  tarda un poco más en caer.

Una reunión de nubes sin intención ni acuerdo,
 tachándose unas a otras y desdibujando el cielo.

Una paloma que  se equivoca  y no encuentra 
a Rafael Alberti  para que haga  el poema.

Es como el hijo pródigo que compró boleto de ida
porque no quiso volver y menos ser reconocido.

Una idea sin regreso es todo lo que nos pasa,
por qué inventarla de nuevo o pasmarse en ella.

No quedó en ningún lado, nunca se concretó,
no regresó al trabajo, ya no volvió a su casa.

Por qué habría de quedarse, disecada, en forma
de ocurrencia, hallazgo o entendimiento puro.


Son cosas que ya no están, el porvenir doblado
en una carta, la intención imposible de estar cerca,

la lluvia de palabras, metáfora y fantasma,  que
se escribió aquí mismo sin que se moje nada.






                                                        Ciudad de México, febrero de 2011
















 


 

 

 

Nostalgia



Fuera de mi existencia

que no es ya,

a causa de esta naturaleza

de caracol que fuera

en el fondo alguien

hoy osamenta,

un sentimiento de orfandad,

un cielo de mar,

se vuelve mi nostalgia.



Ciudad de México 1970.


Equilibrista


Equilibrista,
volantinero
 funámbulo  de la miseria,
el infortunio, la desgracia,
desventura o desdicha

No tienes
remedio, medicamento
pócima, enmienda, recurso o
refugio.

Sólo tienes palabras,
voces, términos, vocablos,
que yo te comparto.





 

Ciudad de México, enero de 2011

 





 

 

 

 

Trebejos



Lo que pudo haber sido
y la fecha de hoy,
son dos objetos guardados
en el desván polvoso
de la casa de Dios.











Ciudad de México 1970

 

 

Lluvia  I


Para los que tienen una historia
o se guardan un cuento, la lluvia
es volver a encontrarse con ellos.

Suya es la humedad del pasto,
la sonrisa del árbol, el sonido
vertical y el tiempo del espera
a que la lluvia pase.










Ciudad de México 1978

 

 

 

 

 

Lluvia  II



Una húmeda sonrisa
cae limpiando el aire,
se moja el pavimento
y el alma se sale.











                       

Ciudad de México  1970


 

 

Tu osamenta y mi traje



Caracol no entiendo.

Hacen falta el objeto

y el tiempo,

tu osamenta  o mi traje.

Caracol no duermo

porque el sueño gira

           recordando un caminar

de fondo.



Ciudad de México 1970.

 




Plaza Mayor



  

      Plaza mayor




 ¡ Que ruido más escandaloso ¡

¡ Cuanto chisme, cuánto mitote

   se traen esos pájaros frente

   a la catedral ¡

¡ Ay...Dios, que envidia me dan ¡

Que buen lugar en el planeta,

que familia más bella si yo fuera,

un pájaro solamente, en la plaza

mayor de Mazatlán.








Mazatlán, Sinaloa.

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Mire Usted


La confusión, la soledad,
la belleza, el mar,
a veces como una bendición,
otras como una cárcel.
El calor, las carencias de hoy,
devienen irremediablemente.
y sucede una revisión de la vida.

La tristeza paraliza.

Aún  ahora, en este momento
en el que lee, no piense que escribo
esto desde un café en el puerto,
en un hotel o una playa, yo habito
al fondo mismo de estas letras.
Nunca me ido, me volví de papel
para estar cerca.









Mazatlán, Sinaloa.

Tres poemas y mar

Brincando la cuerda



Tres niños juegan a brincar
la cuerda en cada ola,
y parece  que el mar
se ha puesto amable.
No es el mismo de los días
anteriores, tan violento,
tan serio.

Mi alma se contenta de verlo
y es como un mar de infancia
con un sol a la izquierda,
pintado de naranja y arriba
 una sola nube con un fondo
azul intenso..

Terminó de enojarse y le llegó la calma.

Corren los niños hacia atrás y
pienso que tu amor mañanero,
su posesión de ti, hacen
que el mar se vuelva bueno.

Y luego pienso que no,
que eso sería el poema.
Yo sólo veo un mar de infancia
con colores naranja
y un cielo azul intenso.

Entonces hago lo que yo quiero,
me quito los zapatos y bajo
a brincar la cuerda con los niños.

Eso es todo.





                                                Mazatlán, Sinaloa. México. 1997.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Hoy no



Hoy ni de broma entro al mar,
estoy cansado,
resentido con él, como si fuera
una mujer a la que tiene que verse
a diario.
Estoy lastimado por tanto espacio,
tal tamaño, que vuelve y vuelve
a recordar mi pena.
Hoy camino por calles internas y lo evito.
El lunes de madrugada, volveré como
siempre,
“Padre nuestro...” y brazada,
“que estás en los cielos”....y otra brazada,
hasta agotarme.





Mazatlán, Sinaloa. México. 1997

 

Una emergencia azul



Dice mi amigo el marino,
que el océano Atlántico
es, en su mitad, siempre
verde.
Yo no lo sé de cierto.
Si quisiera decir cuantas
veces lo he imaginado,
si dejara de oírlo,
si no volviera a verlo,
si quisiera decirle algo,
pensaría en azul.
Si  quiere despedirse,
si sabe que me fui,
si quiere estar conmigo,
sólo diga azul.



Mazatlán, Sinaloa. México. 1997.