lunes, 4 de abril de 2011

Caracol Primero


Caracol  Primero


Mi voz,

llave de Sol

caracol terrestre

ave marina

y pez aéreo













Una idea sin regreso


Uno idea sin regreso es como un globo de gas
que se escapó, de rojo, y mira la ciudad;

una ilusión  que cambió el rostro, empujada por
el viento y  tarda un poco más en caer.

Una reunión de nubes sin intención ni acuerdo,
 tachándose unas a otras y desdibujando el cielo.

Una paloma que  se equivoca  y no encuentra 
a Rafael Alberti  para que haga  el poema.

Es como el hijo pródigo que compró boleto de ida
porque no quiso volver y menos ser reconocido.

Una idea sin regreso es todo lo que nos pasa,
por qué inventarla de nuevo o pasmarse en ella.

No quedó en ningún lado, nunca se concretó,
no regresó al trabajo, ya no volvió a su casa.

Por qué habría de quedarse, disecada, en forma
de ocurrencia, hallazgo o entendimiento puro.


Son cosas que ya no están, el porvenir doblado
en una carta, la intención imposible de estar cerca,

la lluvia de palabras, metáfora y fantasma,  que
se escribió aquí mismo sin que se moje nada.






                                                        Ciudad de México, febrero de 2011
















 


 

 

 

Nostalgia



Fuera de mi existencia

que no es ya,

a causa de esta naturaleza

de caracol que fuera

en el fondo alguien

hoy osamenta,

un sentimiento de orfandad,

un cielo de mar,

se vuelve mi nostalgia.



Ciudad de México 1970.


Equilibrista


Equilibrista,
volantinero
 funámbulo  de la miseria,
el infortunio, la desgracia,
desventura o desdicha

No tienes
remedio, medicamento
pócima, enmienda, recurso o
refugio.

Sólo tienes palabras,
voces, términos, vocablos,
que yo te comparto.





 

Ciudad de México, enero de 2011

 





 

 

 

 

Trebejos



Lo que pudo haber sido
y la fecha de hoy,
son dos objetos guardados
en el desván polvoso
de la casa de Dios.











Ciudad de México 1970

 

 

Lluvia  I


Para los que tienen una historia
o se guardan un cuento, la lluvia
es volver a encontrarse con ellos.

Suya es la humedad del pasto,
la sonrisa del árbol, el sonido
vertical y el tiempo del espera
a que la lluvia pase.










Ciudad de México 1978

 

 

 

 

 

Lluvia  II



Una húmeda sonrisa
cae limpiando el aire,
se moja el pavimento
y el alma se sale.











                       

Ciudad de México  1970


 

 

Tu osamenta y mi traje



Caracol no entiendo.

Hacen falta el objeto

y el tiempo,

tu osamenta  o mi traje.

Caracol no duermo

porque el sueño gira

           recordando un caminar

de fondo.



Ciudad de México 1970.

 




Plaza Mayor



  

      Plaza mayor




 ¡ Que ruido más escandaloso ¡

¡ Cuanto chisme, cuánto mitote

   se traen esos pájaros frente

   a la catedral ¡

¡ Ay...Dios, que envidia me dan ¡

Que buen lugar en el planeta,

que familia más bella si yo fuera,

un pájaro solamente, en la plaza

mayor de Mazatlán.








Mazatlán, Sinaloa.

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Mire Usted


La confusión, la soledad,
la belleza, el mar,
a veces como una bendición,
otras como una cárcel.
El calor, las carencias de hoy,
devienen irremediablemente.
y sucede una revisión de la vida.

La tristeza paraliza.

Aún  ahora, en este momento
en el que lee, no piense que escribo
esto desde un café en el puerto,
en un hotel o una playa, yo habito
al fondo mismo de estas letras.
Nunca me ido, me volví de papel
para estar cerca.









Mazatlán, Sinaloa.

Tres poemas y mar

Brincando la cuerda



Tres niños juegan a brincar
la cuerda en cada ola,
y parece  que el mar
se ha puesto amable.
No es el mismo de los días
anteriores, tan violento,
tan serio.

Mi alma se contenta de verlo
y es como un mar de infancia
con un sol a la izquierda,
pintado de naranja y arriba
 una sola nube con un fondo
azul intenso..

Terminó de enojarse y le llegó la calma.

Corren los niños hacia atrás y
pienso que tu amor mañanero,
su posesión de ti, hacen
que el mar se vuelva bueno.

Y luego pienso que no,
que eso sería el poema.
Yo sólo veo un mar de infancia
con colores naranja
y un cielo azul intenso.

Entonces hago lo que yo quiero,
me quito los zapatos y bajo
a brincar la cuerda con los niños.

Eso es todo.





                                                Mazatlán, Sinaloa. México. 1997.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Hoy no



Hoy ni de broma entro al mar,
estoy cansado,
resentido con él, como si fuera
una mujer a la que tiene que verse
a diario.
Estoy lastimado por tanto espacio,
tal tamaño, que vuelve y vuelve
a recordar mi pena.
Hoy camino por calles internas y lo evito.
El lunes de madrugada, volveré como
siempre,
“Padre nuestro...” y brazada,
“que estás en los cielos”....y otra brazada,
hasta agotarme.





Mazatlán, Sinaloa. México. 1997

 

Una emergencia azul



Dice mi amigo el marino,
que el océano Atlántico
es, en su mitad, siempre
verde.
Yo no lo sé de cierto.
Si quisiera decir cuantas
veces lo he imaginado,
si dejara de oírlo,
si no volviera a verlo,
si quisiera decirle algo,
pensaría en azul.
Si  quiere despedirse,
si sabe que me fui,
si quiere estar conmigo,
sólo diga azul.



Mazatlán, Sinaloa. México. 1997.


Mi amigo Scott


A veces me sorprende mi amigo Scott, tan joven, tan esforzado, tan inteligente.  Toca en mi ventana y escucho en su spsnglish.. ! Hey professsor  ¡

Entonces salimos a tomar una cerveza y a devorar una botana, grasienta y buena, pagando cada quien lo suyo.  Intenta explicarme el mundo en español,  yo prefiero responderle en inglés, entonces el universo se detiene para mirarnos cuando hablamos de él.


Siempre estamos en espera de ver quien procura más al otro, quien da el mayor abrazo, quien es el verdadero profesor.  Luego hablamos de penas, somos nuestra única familia y mi amigo Scott se vuelve mi maestro.

¡ Cuánto sabe de él mismo ¡  ¡Que decisión valiente lo aísla en este puerto ¡

Mi amigo Scott es epiléptico, tiene prohibido nadar y más aún, irse muy  lejos, ama el mar pero es muy cauto y en el amar, también teme al naufragio.

Me muero en cada crisis, me dice, dejo de ser y vuelvo. Es un regalo de Dios esto de tener que morirse tantas veces. 

En eso van llegando los demás y Scott me hace una seña imperceptible, pero segura, cierta. Me conoce muy bien y adivina la crisis, sabiendo que para mi no hay pastillas posibles.

Let¨s go to cry  in front of the sea, profesor, dice mi amigo Scott, y salimos a caminar por horas en la epilepsia de ambos.






























Mazatlán, Sinaloa. México. 1997.

Huésped










Huésped


Enciendo un cigarro
y mi revolución personal
trasciende tres minutos
de humo inútil y pleno.

Miro el tiempo y me mira,
lo reto y me rebasa,
se mide y me lo gasto,
me gana y lo tiro,
me muerde y lo pateo.

Y es como u n ser querido
 que no me comprende,
pero que permanece
con la cara lavada
en la puerta del baño.



Ciudad de México. 1996.

Buen Viento

Tu ausencia se filtra como luz
entre los árboles,
la hace presente el sonido de la lluvia
y el constante
rumor de voces que no saben.

Mi soledad aprendió tu nombre
de memoria, cuando
el paisaje y las cosas me decían...
lo siento.

De alguna manera el homenaje
que mi silencio da
y este oficio involuntario
de enterrar momentos,
han de llevarte a algún lugar.






Ciudad de México.

Dios existe en la sala

Caracol de vida
¡ Ay...epidermis ¡
Cotidiana espiral
hasta la punta,
con los  momentos
guardados en tu
envoltura hueca.


Caracol de  tiempo,
búsqueda inacabable
en el sinfín  de todas
las preguntas.

En nuestra casa,
escrito con crayón:
DIOS EXISTE,
¿ te acuerdas ?

Cómo lloramos,
caracol sobre
la mesa, cada quien
su nostalgia.


Cómo llegaron las
respuestas, girando
en tu osamenta, y
cuánto hemos crecido
desde entonces.

Salimos a la calle
pensando que era
cierto....¿ te acuerdas ?















Ciudad de México 1970.

Caracol Doble



Mejor que en mi casa,
me refugio en la médula
misma de los huesos

Me recubro de fondo
en la diaria marea,

entender nos desgasta,
pero el rumor nos salva.









Ciudad de México 1970.