jueves, 31 de marzo de 2011

Marina



Este navío que sin querer varó,
mano abierta y costillar de madera
a un lado tuyo, ha llegado con sus
distintas almas en total abstinencia:
ni agua dulce, recuerdo añejo, divisa
o bandera.

Por voluntad del mar, todo el pasado
es un lastre, pero tú misma una intención
aérea que vuelve inútil la condición de vela.

Mis orígenes se descubren en tu cuerpo.
 y las frases de amor buscan el viento,
de la misma manera que un hombre
 puede navegar, saber de cierto cuanto
abraza una ilusión, un  deseo que no
asegura nada, sino el impulso oportuno
de otro sueño.







Ciudad de México.  Agosto de 1980

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