Tu ausencia se filtra como luz
entre los árboles,
la hace presente el sonido de la lluvia
y el constante
rumor de voces que no saben.
Mi soledad aprendió tu nombre
de memoria, cuando
el paisaje y las cosas me decían...
lo siento.
De alguna manera el homenaje
que mi silencio da
y este oficio involuntario
de enterrar momentos,
han de llevarte a algún lugar.
Ciudad de México.
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